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Conservando la masa madre (deshidratación)

Ahora que llegan las vacaciones y puede que tengamos que retener nuestros instintos más panaderos, podemos intentar diversos métodos para conservar nuestra masa madre en las mejores condiciones posibles. Un método bastante cómodo es la deshidratación o desecado de la masa madre.






¿Cómo se hace?

Extendemos la cantidad que queramos sobre una superficie plana, pincelando para que la capa que se forme sea lo más fina posible. Nosotros lo hemos hecho sobre un papel de hornear encima de la bandeja del horno. Es decir, así:



Para facilitar el secado, si la humedad es muy alta se puede poner el horno a 50º y luego apagarlo. Al cabo de un poquito, meter la bandeja. No se puede poner más temperatura en el horno porque nos cargaríamos los bichitos de la masa madre.
Si, como en nuestro caso, no hay mucha humedad ambiental, basta con dejarla reposar un día o dos, hasta que esté bien seca. Tiene que quedar completamente seca, quebradiza...
Una vez seca, podemos hacer copos y meter en un bote o pulverizarla directamente.

¿Cómo se resucita a la masa madre?

Lo que era una masa madre hidratada al 100% lo hemos convertido en una masa madre hidratada al 0%. Así que para resucitarla, procedemos de la siguiente manera:
  1. Pesamos la masa madre desecada y le añadimos la misma cantidad de agua. Para esto es mucho mejor tener la masa madre desecada en polvo que en copos, ya que se disolverá mejor.
  2. Añadimos un poco de sustancia de refresco; por ejemplo, 30 g de harina y 30 g de agua.
  3. Observamos la evolución, refrescando de nuevo a las 6 horas aproximadamente.
De todas maneras, cuando llegue el momento de resucitarla, pondremos otro artículo.





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